07/06/2019

Publicado el 12/06/2019

Hoy en día nos encontramos con la necesidad de gestionar proyectos de forma óptima para alcanzar los objetivos diarios, semanales o incluso mensuales que plantean nuestros distintos ámbitos de trabajo. Es allí donde entran en juego las metodologías ágiles, también conocidas como métodos agile.

Dichas metodologías de trabajo cumplen la función de optimizar los procesos para estos se realicen de la manera más eficiente y más rápida posible. Detrás de su desarrollo se encuentran muchos profesionales que, a nivel mundial, las han implementado e incluso mejorado para su propio beneficio laboral. Y es que, si no te organizas bien, es probable que no saques la faena adelante de la manera que deseas ni en los tiempos estipulados.

En el mundo del desarrollo web las metodologías ágiles son especialmente valoradas, hasta el punto de convertirse en un «must» para cualquier proyecto que implique el desarrollo de un software.

En este sentido, dichos métodos ágiles ayudan a solventar el problema organizativo y, en consecuencia, optimizan la productividad laboral de un equipo de trabajo. Algunas de estas metodologías son Kanban, Scrum y Lean, las que revisaremos en detalle a continuación.

1º metodología ágil: Kanban

El método Kanban (看板) nace en Japón de la mano de Toyota y significa «tarjeta visual o tarjeta de señal», elemento clave de este método.

Muy resumidamente, Kanban pretende organizar un proyecto de forma visual (tarjetas) y así ver rápidamente el flujo de trabajo de los trabajadores. Estas tarjetas representan los elementos del trabajo y se organizan en columnas que representan el estado de éstos.

La filosofía de Kanban es «stop starting, start finishing«, lo que en definitiva significa priorizar el trabajo que está en marcha antes de iniciar otros proyectos. Para aplicar esta filosofía hay que dividir el trabajo en elementos de trabajo y situarlos en el estado correspondiente. De esta forma, es muy fácil tener una fotografía de lo que queda pendiente y tiene que finalizar.

2º metodología ágil: Scrum

El método Scrum también es de origen japonés. Nace de la mano de Ikujiro Nonaka e Hirotaka Takeuchi y el término hace referencia al avance en melé de los jugadores de rugby.

La principal característica de Scrum son los ciclos. Estos ciclos son llamados sprints o iteraciones y son llevados a cabo durante un periodo determinado por parte del equipo.

Normalmente se definen sprints de dos semanas. Al inicio de cada uno se deciden los requisitos a implementar y se estima el esfuerzo que pueden llevar estos requisitos de manera individual.

A partir de esa estimación se decide todo lo que entra en ese sprint. Lo que no entre se deja en el «backlog» para siguientes iteraciones. Cada día el equipo tiene una reunión de sincronización para revisar si se sigue el ritmo planificado por la estimación. En esta reunión cada miembro del equipo plantea tres preguntas y se solventan entre todos. Las preguntas son:

  • ¿Qué hice ayer?
  • ¿Qué voy a hacer hoy?
  • ¿Estoy bloqueado?

El último día de iteración se presentan los requisitos implementados y el equipo se reúne para ver los puntos débiles de la iteración y plantear mejoras para siguientes sprints.

3º metodología ágil: Lean

El método Lean también proviene de Toyota y su origen se remonta a la década de los años cincuenta, época durante la cual comenzó búsqueda de un método para lograr y verificar la calidad de los componentes utilizados en la creación de los coches de la marca.

No obstante, más recientemente en 2003 los programadores web Mary y Tom Poppendieck presentaron la obra «Lean Software Development» («Desarrollo de software ajustado») que vinculó dicho método agile con la gestión de proyectos de desarrollo web.

Debido a su origen, Lean trata más sobre la calidad del software trabajado que sobre la agilidad para conseguirlo. Sin embargo, también tiene como objetivo la optimización del trabajo y lo hace aplicando estos siete principios:

  • Eliminación de desperdicios.
  • Aseguramiento de la calidad de la estructura.
  • Creación de conocimiento.
  • Aplazamiento del compromiso.
  • Entrega rápida.
  • Respeto a las personas.
  • Optimización del todo.

Cómo y por qué implementar una metodología ágil en tu organización

La ventaja de tener varios sistemas de organización de trabajo (o metodologías ágiles) es poder aplicar fundamentos de unos y otros en función de las necesidades de tu organización.

Una de las formas más populares de mejorar la productividad es mezclar los métodos Scrum y Kanban: Scrum se utiliza en todo su proceso; mientras que Kanban, para representar el proceso Scrum.

Si se implementa de forma adecuada cualquiera de estas metodologías en el desarrollo de software, la optimización de tiempo es inmediata. Quizá suena utópico, pero en organizaciones que desarrollan software se puede llegar a implementar la jornada laboral de 6 horas con una metodología de trabajo ágil y tener la misma productividad que una jornada de 8 horas.

En conclusión, dentro del mundo de desarrollo de software, establecer una metodología de trabajo ágil es imprescindible. Ya sea una metodología pura o una mezcla de varias, ya no se entiende la implementación de un proyecto sin utilizar una metodología de trabajo ágil.

¿Tu organización está preparada para trabajar con un método agile?, ¿has participado en procesos de metodologías ágiles? Comparte tu experiencia en nuestra sección de comentarios.

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Pablo Pedrosa |

Solution Manager